Casa Rosada evalúa el impacto del fallo de la Corte Suprema y cómo reconfigura el mapa electoral de cara a los próximos comicios.
Luego de que la Corte Suprema dejara firme la condena a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción, el oficialismo nacional observa con atención el reacomodamiento interno del peronismo, al que consideran el principal espacio de oposición. En Balcarce 50 admiten que les hubiera convenido competir directamente contra la exmandataria para “ganarle en las urnas” y no enfrentar a todo un aparato político que ahora denuncia proscripción y apunta a deslegitimar el proceso electoral.
Desde el entorno presidencial, analizan dos posibles escenarios tras el fallo judicial:
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Unidad en la adversidad: el peronismo podría replegarse y cerrar filas en torno a la figura de Cristina, denunciando su proscripción y apuntando a una estrategia de resistencia institucional, movilización callejera y cuestionamiento a la legitimidad del sistema.
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Disgregación opositora: el otro escenario, el que Milei y su círculo más cercano esperan que ocurra, es la fragmentación del PJ. Con una líder inhabilitada para competir y con capacidad de tracción electoral reducida, se abre la posibilidad de que el peronismo se divida y pierda su cohesión política.
“Cristina está muerta electoralmente. No puede ser candidata y no sabemos si es capaz de trasladar sus votos a otro dirigente”, sostienen en los pasillos de Casa Rosada.
En este contexto, desde La Libertad Avanza insisten en que el Gobierno no buscó polarizar con Cristina: “La estrategia es bajar la inflación, no hacer campaña contra una persona”, aclaró una fuente con acceso directo al despacho presidencial.
Mientras tanto, no descartan marchas o movilizaciones desde el kirchnerismo, aunque advierten que serán contenidas bajo el “protocolo antipiquetes” del Ministerio de Seguridad. “Cuanto más cortes hagan, más rechazo generan en la gente”, agregan con tono desafiante.
Respecto al frente electoral, los libertarios ya comienzan a pensar en nuevos nombres ante la ausencia de Cristina. Aunque originalmente se evaluaba enfrentarla con figuras jóvenes como Daniel Parisini (“Gordo Dan”) o Iñaki Gutiérrez, ahora suenan con más fuerza dirigentes del PRO como Diego Santilli.
El foco, en definitiva, se trasladará a las elecciones legislativas de octubre, especialmente en distritos clave como la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo intentará sostener su narrativa de cambio y orden frente a una oposición en crisis de liderazgo.
