Con 38 votos a favor y 27 en contra, se aprobó el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias que crea un tributo sobre los ingresos más altos que comprenderá a quienes cobren haberes superiores a 15 salarios mínimos, vitales y móviles (SMVM) mensuales.
De esta forma, quienes obtengan los mayores ingresos tendrán derecho a deducir únicamente, en concepto de mínimo no imponible, la suma equivalente a 180 salarios mínimos.
En el caso de los mayores haberes a 15 salarios mínimos vitales y móviles, las alícuotas irán desde el 27% hasta el 35%.
Además, prevé que las retenciones realizadas sobre los mayores ingresos netos percibidos durante el primer semestre del año fiscal se ajustarán considerando el valor del SMVM vigente en julio.
Por último, la iniciativa estipula que en el caso de los trabajadores en relación de dependencia y para jubilados y pensionados comprendidos en el impuesto que vivan en las provincias de La Pampa, Río Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego y el partido de Patagones, en Buenos Aires, el mínimo no imponible se incrementará en un 22%.
«Ratificamos que el salario no es ganancia y reivindicamos la recuperación del salario del trabajador. Este es un proyecto, nada más, pero va a ayudar a que los trabajadores sean un poquito más felices», indicó.
«En esta casa que tenemos que defender a las provincias, las estamos sepultando y entregando fondos coparticipables», sentenció el senador y argumentó: «No puedo creer que la CGT aplauda una medida para los más ricos, cuando a 46 millones de argentinos los están aplastando con el impuesto inflacionario».
Al abrir el debate que comenzó a las 18.05, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Ricardo Guerra, aseguró que «las modificaciones que plantea el proyecto de ley parten de un concepto de no considerar al salario como una ganancia sino como lo que es, una retribución al trabajo y, en el caso de jubilaciones, un haber de retiro».
Su compañero de bancada, el radical porteño Martín Lousteau, advirtió que el costo fiscal de la medida hace que se «pierda 0,83 del PBI, o sea, duplicar el déficit del presupuesto del año que viene».
Alberto Weretilneck, de Juntos Somos Río Negro, reconoció que «algunas quejas sobre la situación fiscal de las provincias son entendibles», pero se manifestó «absolutamente orgulloso de que mi amigo el ministro haya tomado esta decisión, porque no cualquier toma esta decisión en el momento que estamos viviendo».