El documento se centra en la pobreza multidimensional, con especial atención al contexto socioeconómico de los jóvenes menores de 17 años.
La Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer un alarmante informe que revela la cruda realidad que enfrentan los más jóvenes en el país: el 62,9% de los niños y adolescentes vive en situación de pobreza, y el 16,2% se encuentra en la indigencia . Estas cifras, que representan el nivel más alto desde 2010, reflejan una crisis social profunda que afecta ya a una generación entera de argentinos.
Los datos provienen del estudio «Trazando el Camino: Privaciones Estructurales, Avances y Desafíos en los Derechos de la Infancia y Adolescencia. Argentina 2010-2023», realizado por el Barómetro de Deuda Social de la UCA. El informe se centra en la pobreza multidimensional, con especial atención al contexto socioeconómico de los jóvenes menores de 17 años.
Para su estudio, la UCA desarrolló un exhaustivo análisis sobre la situación de los niños y adolescentes en el país, basándose en cinco aspectos clave para su desarrollo integral. Estos aspectos incluyen el acceso a la educación, la calidad de la vivienda, la seguridad alimentaria, la atención médica y las oportunidades de participación social.
«El esfuerzo de los hogares y la cobertura de las políticas públicas han tenido un papel crucial en la mitigación de la pobreza, pero persisten desafíos estructurales en la economía que requieren atención, y que ejercen un fuerte impacto en las estructuras de oportunidades de los hogares y sus miembros niños, niñas y adolescentes», indica el documento.
Los datos datos reflejan un panorama desalentador, destacando la necesidad urgente de políticas y medidas efectivas para abordar las carencias y mejorar las condiciones de vida de esta franja etaria en Argentina.
La pobreza, un fenómeno multidimensional
En su informe, la UCA desarrolló un índice de pobreza multidimensional que establece dos niveles de carencia: uno total y otro severo. Para ello seleccionaron seis dimensiones fundamentales de derechos: alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información y estimulación/educación, según detallan.
El análisis revela que, en 2023, el 56,3% de los niños y adolescentes se encontraba en situación de pobreza multidimensional según el umbral total, lo que significa que enfrentan al menos una privación significativa en alguna de las seis dimensiones de derechos evaluadas.
Además, el 16,1% de los menores se encuentra en una situación de pobreza multidimensional severa, experimentando carencias más profundas y múltiples en estos derechos esenciales.
El desafío de acceder a derechos
El estudio proporciona un desglose detallado de la situación actual en relación con los derechos fundamentales de los niños y adolescentes en Argentina, basado en las variables mencionadas:
Derecho a la alimentación: El 32,2% de los niños y adolescentes enfrenta inseguridad alimentaria, lo que indica que una tercera parte de esta población no tiene acceso suficiente a alimentos adecuados para su desarrollo y bienestar.
Derecho a la salud: Un 55,8% de los menores no cuenta con cobertura de obra social, mutual ni prepaga, y dependen exclusivamente del sistema estatal de salud para recibir atención médica. Esta falta de acceso a servicios de salud privados refleja una dependencia significativa del sector público y una posible limitación en la calidad de la atención recibida.
Derecho a la vivienda: En cuanto al acceso a una vivienda adecuada, que incluye servicios básicos como agua corriente, red de cloacas e inodoro con descarga, un 39,5% de los niños y adolescentes sufre alguna deficiencia en estos aspectos. Este déficit en los servicios esenciales pone en riesgo el bienestar y la salud de los menores.
Derecho a la educación: El 23% de los niños de 3 a 5 años no está escolarizado, lo que limita sus oportunidades de desarrollo temprano. Además, el 82,6% de los niños y adolescentes entre 6 y 17 años asiste a una escuela de gestión estatal, lo que puede reflejar desigualdades en el acceso a una educación de calidad, especialmente en áreas donde las instituciones privadas son menos accesibles.