En un contexto de alta inflación en Argentina, el presidente Javier Milei ha generado controversia al asegurar que su gobierno podría reducir la inflación al 1% mensual, equivalente a un 13% anual. Según Milei, este objetivo sería alcanzable si se aplican políticas estrictas de disciplina fiscal y monetaria, acompañadas por un mecanismo de ajuste controlado del tipo de cambio, conocido como crawling peg.
¿Cómo funcionaría esta estrategia?
Milei explica que, al bajar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) al 2.5% mensual, el país estaría entrando en una fase de «inflación inducida». En ese punto, afirma, el cepo cambiario podría levantarse, siempre que no haya un exceso de pesos en circulación (money overhang). Sin embargo, aclara que el éxito de este plan depende de la demanda de dinero por parte de los individuos, un factor incierto en la economía argentina actual
Desafíos y factibilidad
Aunque los números presentados no son imposibles en términos técnicos, los economistas señalan que reducir la inflación a un nivel tan bajo en un plazo breve es extremadamente difícil. Argentina enfrenta una serie de problemas estructurales que complican esta tarea. La confianza de los mercados y de los ciudadanos, afectada por años de políticas económicas inconsistentes, es un factor crucial para que los individuos aumenten su demanda de pesos, lo cual es necesario para estabilizar el sistema
Además, la implementación efectiva del crawling peg depende de la sincronización entre política fiscal, monetaria y cambiaria. Un error en la coordinación podría llevar a una devaluación brusca, lo que aumentaría la inflación, en lugar de controlarla
También persisten riesgos externos, como la volatilidad de los mercados internacionales y la necesidad de generar divisas a través de exportaciones.
El plan de Milei para reducir la inflación a un 1% mensual enfrenta importantes desafíos, tanto internos como externos. Si bien es teóricamente posible, su viabilidad económica está en duda debido a las condiciones actuales del país. Todo dependerá de la implementación precisa de sus políticas y de la confianza que logre generar en los actores económicos.
