En el juego político, la coherencia y la integridad son valores fundamentales que se esperan de aquellos que representan al pueblo. Lamentablemente, estos principios parecen estar ausentes en la conducta de la diputada provincial Gabriela Neme, cuya actuación reciente ha demostrado una flagrante contradicción entre sus palabras y sus acciones.
Neme ha mostrado una tendencia preocupante a aprovecharse de las circunstancias en beneficio propio, sin importar el costo para la comunidad que supuestamente debería representar. Su conducta, lejos de ser ejemplar, se ha convertido en un patrón de hipocresía política que merece ser examinado y denunciado.
Un caso paradigmático de esta hipocresía es el prolongado conflicto del transporte público en la ciudad de Formosa. Desde hace más de 35 días, los ciudadanos se ven privados de un servicio esencial debido a un enfrentamiento entre la empresa Crucero del Sur y sus empleados, quienes han sido dejados en la estacada con salarios adeudados. Ante esta situación, en lugar de abogar por una solución justa y equitativa para los trabajadores y los usuarios afectados, Neme ha optado por desviar la atención hacia el intendente Jorge Jofré, acusándolo sin fundamento de hacer política.
Es irónico que Neme critique a Jofré por hacer política, cuando su propia actuación revela una manipulación descarada de la necesidad de los ciudadanos con fines partidistas. En lugar de acercar una propuesta para resolver el problema del transporte público, la diputada se limita a realizar gestos simbólicos y publicaciones en redes sociales que buscan desacreditar a sus oponentes políticos, sin aportar soluciones tangibles.
Esta estrategia cínica y oportunista de Neme no solo socava la confianza en la clase política, sino que también perpetúa el sufrimiento de quienes dependen del transporte público para sus desplazamientos diarios. Es hora de que los políticos como Gabriela Neme rindan cuentas por sus acciones y se comprometan verdaderamente con el bienestar de la comunidad que dicen representar.
En resumen, la hipocresía política de Gabriela Neme es un ejemplo alarmante de la desconexión entre las palabras y las acciones en el ámbito político. Es imperativo que los ciudadanos exijan transparencia y responsabilidad de sus representantes, y que no toleren el comportamiento egoísta y manipulador que socava el tejido mismo de nuestra sociedad democrática.
Marcelo Moreno – Formosa24 –