La gestión económica de Javier Milei ha dejado a nuestro pais en una situación alarmante y crítica. Con una pobreza que ha escalado al 52,9%, la más alta desde 2003, el país enfrenta una crisis sin precedentes. Casi 25 millones de argentinos viven hoy en condiciones de pobreza, una cifra devastadora que, lejos de revertirse, ha empeorado a lo largo del primer semestre de su gobierno. Lo que más indigna es el impacto en los sectores más vulnerables: la indigencia, que afecta al 18,1% de la población, ha sumido a 8,5 millones de personas en una lucha diaria por sobrevivir. Entre los niños, el panorama es aún más sombrío, con un 66,1% viviendo en la pobreza.
El intento de estabilización económica a través de una devaluación en diciembre y un ajuste fiscal severo no solo ha fracasado en su objetivo de reactivar la economía, sino que ha provocado un desmoronamiento de los ingresos de los trabajadores, tanto formales como informales. Con la pérdida de más de 100.000 empleos en sectores clave como la construcción, el comercio y la industria, la economía se ha precarizado aún más, afectando de manera directa a millones de familias que dependen del trabajo informal.
A pesar del aumento de la asistencia social, incluyendo una duplicación de los montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de la Tarjeta Alimentar, las medidas no han logrado contrarrestar el impacto devastador de la inflación, que acumuló un 144,4% entre diciembre y agosto. La subida de precios ha licuado cualquier mejora en los ingresos de los sectores más necesitados, generando un círculo vicioso de pobreza y desesperación.
El gobierno de Milei ha intentado justificar su fracaso señalando un mayor gasto en asistencia social y un aumento en las transferencias directas a las familias. Sin embargo, el ajuste brutal y la falta de una política económica coherente para proteger los ingresos de los trabajadores han llevado a millones de personas a la pobreza extrema. Estos datos, que representan el primer balance oficial de su gestión, no son solo estadísticas frías: son el reflejo de millones de vidas destruidas, de niños que no tienen futuro, de familias que luchan por subsistir día a día.
Es necesario un cambio profundo en las políticas económicas. Continuar con este modelo solo profundizará la desigualdad y la exclusión social. Necesitamos un gobierno que no solo busque estabilizar los números macroeconómicos, sino que también se comprometa genuinamente con el bienestar de la gente. Urge una política económica que ponga a las personas en el centro, que fomente el empleo de calidad, que proteja los salarios que está destrozando el tejido social. El país no puede permitirse más ajustes que solo beneficien a unos pocos y condenen a la mayoría a la pobreza.
Marcelo Moreno Para Formosa24.com.ar