El 26 de julio de 1952, Argentina perdió a una de sus figuras más icónicas: Eva Perón. A 72 años de su fallecimiento, es imprescindible reflexionar sobre su legado, sus logros y el contraste con la realidad actual de nuestro país.
Eva Perón, o Evita, como cariñosamente la llamaba el pueblo, dejó una huella imborrable en la historia argentina. Su lucha por la justicia social, su compromiso con los más humildes y su pasión por la igualdad de género marcaron un antes y un después en la política y la sociedad de Argentina. Entre sus logros más destacados se encuentran la promulgación del voto femenino en 1947, la creación de la Fundación Eva Perón y su incansable trabajo por los derechos laborales y la inclusión social.
El voto femenino, impulsado por Evita, permitió que millones de mujeres argentinas pudieran participar activamente en la vida política del país. Este hito no solo fue un avance en términos de igualdad de género, sino que también representó un paso crucial hacia una democracia más inclusiva y representativa. La Fundación Eva Perón, por su parte, se dedicó a brindar asistencia social a los sectores más vulnerables, construyendo hospitales, escuelas y hogares para ancianos y niños, y proporcionando ayuda directa a quienes más lo necesitaban.
En contraste, la Argentina de hoy enfrenta numerosos desafíos. La desigualdad social, la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos siguen siendo problemas persistentes. La justicia social, uno de los pilares del peronismo y del legado de Eva, parece aún una meta lejana para muchos argentinos. Si bien se han logrado avances en derechos y políticas sociales desde los tiempos de Evita, la brecha entre ricos y pobres sigue siendo amplia, y la corrupción y la mala gestión han erosionado la confianza en las instituciones.
La figura de Eva Perón nos recuerda la importancia de la empatía y el compromiso con el bienestar de todos los ciudadanos. Nos invita a reflexionar sobre la necesidad de políticas inclusivas y solidarias, y nos inspira a seguir luchando por un país más justo y equitativo. A 72 años de su partida, su legado sigue vivo en la memoria colectiva y en la lucha diaria de quienes buscan una Argentina libre, justa y soberana.
En un momento donde la política y la sociedad parecen estar cada vez más divididas, recordar el ejemplo de Eva Perón es un llamado a la unidad y al trabajo conjunto por el bien común. Es un recordatorio de que el cambio es posible cuando se trabaja con convicción y dedicación, y de que la justicia social no es solo un ideal, sino una necesidad urgente para construir un futuro más promisorio para todos los argentinos.
Hoy, más que nunca, es vital recordar a Evita no solo como un ícono del pasado, sino como una inspiración vigente para enfrentar los desafíos del presente y construir el país que todos anhelamos.
Marcelo F. Moreno / Para Formosa24 / Contrastes y Reflexiones 72° aniversario Del Fallecimiento De Eva Peron «Evita»