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Detectaron un nuevo serotipo de dengue en Argentina: ¿Por qué es importante?

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La aparición del DENV 4 en el país plantea un riesgo debido a la posibilidad de que este serotipo interactúe con los ya presentes, desencadenando formas más graves de la enfermedad.

Entre enero y octubre de 2024, Argentina registró unos 758.270 casos de dengue, lo que representa el brote más grande en su historia. Este aumento se dio, principalmente, por la circulación de los serotipos DENV 1 y DENV 2. Sin embargo, el reciente hallazgo del serotipo DENV 4 en una persona que regresó de Cuba generó alerta entre los expertos, ya que la introducción de un nuevo serotipo podría tener importantes implicancias para la salud pública.

La aparición del DENV 4 en el país, aunque en un caso importado, plantea un riesgo debido a la posibilidad de que este serotipo interactúe con los ya presentes. Según especialistas, la combinación de serotipos distintos puede desencadenar formas más graves de la enfermedad, especialmente en personas que han tenido dengue previamente. Por ello, la vigilancia epidemiológica se vuelve crucial para anticipar y controlar posibles complicaciones.

A pesar de que el DENV 4 no suele asociarse con los cuadros más severos de dengue, su ingreso a una región donde otros serotipos ya circulan complica el panorama. En 2020, el DENV 4 fue detectado en algunas provincias de Argentina, aunque sin propagación significativa. Los expertos temen que su reintroducción actual incremente el riesgo de casos graves, dada la amplia circulación de otros serotipos en el país.

Actualmente, el país atraviesa un periodo interepidémico. Es decir, un lapso entre temporadas de alta transmisión del virus.  No obstante, desde el Ministerio de Salud advirtieron que este momento debe aprovecharse para reforzar las medidas preventivas , ya que provincias como Córdoba, Buenos Aires y Tucumán registran el mayor número de casos confirmados, seguidas de otras con índices alarmantes.

El riesgo de reinfección es un aspecto prioritario para los expertos. Las personas que se contagian con un segundo serotipo, como el DENV 4, enfrentan una mayor probabilidad de padecer cuadros graves de dengue, como el dengue hemorrágico. Esto se debe a que el organismo, tras una primera infección, reacciona de forma más agresiva si se expone a un serotipo distinto.

A esto se suma el hecho de que Brasil, país vecino, registra circulación de los cuatro serotipos de dengue, con el DENV 3 cercano a la frontera argentina en la región mesopotámica. Esta proximidad geográfica incrementa la probabilidad de que, en los próximos meses, se observen más casos de DENV 3 y DENV 4 en Argentina, lo que pondría en riesgo a comunidades enteras.

Los síntomas iniciales de dengue incluyen fiebre alta, dolor de cabeza y molestias musculares, a los que pueden sumarse erupciones cutáneas y dolor detrás de los ojos. Estos signos pueden confundirse con otras infecciones virales, lo que dificulta el diagnóstico temprano. En casos graves, los síntomas evolucionan hacia dolor abdominal, sangrado y vómitos persistentes, que requieren atención médica urgente.

Mitos y verdades con base científica

Janinna Faraone, becaria doctoral de Conicet en el Instituto de Medicina Regional de la Unne, dialogó con DataChaco  en septiembre y reveló algunos datos clave sobre el comportamiento de los mosquitos Aedes aegypti, responsables de la transmisión del dengue y otras enfermedades vectoriales.

¿La fumigación sirve?

La doctora Faraone advirtió que «la fumigación no es un método efectivo de control de poblaciones de mosquitos», debido a que solo afecta a la población de adultos «que esté volando en el momento de la fumigación, no tiene un efecto residual y no afecta a las poblaciones inmaduras, o sea, a los huevos, a las larvas y a las pupas de los mosquitos. Por eso no está indicado ni por el Ministerio de Salud de la Nación, ni por la OMS».

Sin embargo, puntualizó en que la fumigación «se utiliza solo para cortar la circulación viral en momentos epidémicos, según el protocolo de la OMS y el Ministerio de Salud». Además, la investigadora señaló que el mal uso de la fumigación «genera resistencia de la población al insecticida».

¿Cómo se puede controlar la población de mosquitos?

Faraone explicó que «la acción que se debe tomar para controlar a la población de mosquitos es hacer foco en el control de inmaduros, de recipientes donde los mosquitos puedan habitar, donde puedan poner sus huevos y donde puedan desarrollar su ciclo biológico. O sea, cualquier recipiente de uso o de desuso, porque también puede ser un bebedero de animal, puede ser un florero, o puede ser un cacharro, un juguete roto en el patio que pueda contener agua y el mosquito pueda poner sus huevos en la pared de estos recipientes».

Además, la especialista señaló que los huevos del mosquito «tienen la capacidad de sobrevivir a la sequía y al frío, y estos quedan adheridos a las paredes de los recipientes. Por eso no solamente hay que quitar el agua de los recipientes, sino limpiar las paredes para evitar que los huevos queden ahí. Una vez que los huevos sean inundados con agua, o sea, por agua de regado o agua de lluvia, las larvas van a nacer y van a continuar su ciclo biológico en ese recipiente. Por eso hacer foco en los hábitats larvales donde este mosquito pueda criar, es la mejor manera de controlar la población «.

Por otra parte, la investigadora calificó como fundamental «evitar que en el momento donde haya circulación viral haya una gran población de mosquitos. Esto se debe hacer durante todo el año. Accionar en épocas donde el mosquito esté menos activo, como el invierno, para que en el momento donde sea más propicio, como es el verano, con mayores temperaturas y mayores lluvias, la población esté un poco más controlada y obviamente no tenga la oportunidad de crecer».

¿Cómo es el ciclo de vida del Aedes aegypti?

Javier Orlando Gimenez, licenciado en Ciencias Biológicas y parte del grupo de estudios de mosquitos del  Instituto de Medicina Regional de la Unne, detalló cómo es el ciclo vital de las poblaciones de mosquitos Aedes aegypti.

«Comienza con un leve aumento a partir del mes de octubre, los picos se dan en diciembre, enero, un segundo pico puede ocurrir en ya mediados de abril y luego desciende a partir del mes de mayo hasta descender las poblaciones en el mes de junio. En la última epidemia lo que se demostró es que hubo una transmisión continua de las enfermedades», informó.

¿Cómo prevenir la proliferación de los mosquitos?

Faraone subrayó que la prevención «es una acción comunitaria que nos implica a todos y que debemos sostener en el tiempo» para «evitar que en el momento donde haya mayor circulación viral la población de mosquitos esté muy alta».

Así, detalló algunas acciones clave para evitar el aumento de la población de mosquitos y prevenir el dengue en cada hogar: «limpiar el patio, tirar recipientes que puedan contener agua, cortar el pasto o vegetación. En el caso de que haya circulación, usar repelente. Y en el caso de tener dengue siempre es importante, además de cuidarse, obviamente ir al médico, usar repelente para que otro mosquito no pique y siga creciendo el número de casos».

El descacharrizado, valoró la investigadora «es lo primordial para evitar que las poblaciones sigan creciendo  porque como hemos dicho son mosquitos domiciliarios que habitan en hábitats que nosotros les damos. Entonces sostenerlo en el tiempo, porque si nosotros cuidamos nuestro hogar pero el vecino no lo hace seguimos teniendo una potencial población de mosquitos en ese sector».