El cuerpo de Gisel Agustina Mendoza, de 37 años, fue encontrado este martes por la mañana en un descampado del barrio San Antonio, en la ciudad de Formosa. La joven estaba desaparecida desde el sábado, y su expareja, quien había denunciado su desaparición, se encuentra detenido como principal sospechoso.
El hallazgo tuvo lugar a pocos metros de la avenida Alicia Moreau de Justo, durante un operativo policial que incluyó el despliegue de la Sección Canes entrenados para rastreo de personas. Según informaron fuentes oficiales, la víctima no estaba enterrada, pero presentaba signos visibles de haber sido violentamente agredida. Su cuerpo fue trasladado a la morgue judicial, donde se realizará la autopsia.
Las cámaras lo delataron
Mendoza fue vista por última vez el sábado por la mañana, cuando salió de su casa acompañada por su exnovio en una motocicleta. El hombre, de 38 años, había asegurado que la dejó en una esquina del centro capitalino, pero las cámaras de seguridad contradijeron su versión: ambos ingresaron juntos al barrio San Antonio, pero más tarde solo él fue captado saliendo del lugar.
A partir de esas imágenes y de testimonios de allegados, la Justicia provincial ordenó su detención este lunes. El vehículo en el que se trasladaban fue secuestrado para peritajes.
De la búsqueda al dolor
La causa, que comenzó como una investigación por “privación ilegítima de la libertad”, podría ser recaratulada como femicidio en las próximas horas, tras el trágico desenlace. Las autoridades esperan los resultados de la autopsia y los peritajes forenses.
Si bien no existían denuncias previas por violencia de género, el entorno de la víctima señaló que la relación estaba terminada y que Gisel no solía ausentarse sin dar aviso, más aún siendo madre.
Durante la mañana de este martes, familiares, amigas y colectivos de mujeres tenían prevista una movilización para exigir su aparición con vida. La noticia del hallazgo, sin embargo, transformó el reclamo en profundo dolor e indignación.
El caso genera conmoción en la comunidad formoseña y vuelve a poner en agenda la urgencia de políticas efectivas para prevenir la violencia contra las mujeres.